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  • Foto del escritorObservatorio de Política Exterior Argentina

Es el tiempo de la ciencia


Por Natalia Razovich[i]

Desde la irrupción de la pandemia por COVID-19 se ha hecho mención a su influencia en el devenir del multilateralismo (Manfredi, 2021), de la cooperación bilateral (Cherini, 2021; Albini, 2021), y de los impactos en la economía, pero poco se ha aludido a que la pandemia puso en cuestión la noción de desarrollo.

El desarrollo económico “es un proceso de transformación de la economía y la sociedad fundado en la acumulación de capital, conocimientos, tecnología, capacidad de gestión y organización de recursos, educación y capacidades de la fuerza de trabajo, y de estabilidad y permeabilidad de las instituciones, dentro de las cuales la sociedad resuelve sus conflictos y moviliza su potencial de recursos” (Ferrer, 2007: 432). En tal sentido, constituye una construcción social por parte de los actores de un país.

En consecuencia, el desarrollo tiene su base en un modelo de desarrollo particular y todo modelo implica una determinada “estrategia de articulación entre la política y la economía, entre el Estado y el mercado, lo público y lo privado en un contexto histórico determinado en búsqueda de la transformación de las estructuras productiva y social, y de la inserción internacional del país” (Actis, Lorenzini y Zelicovich, 2016: 15).

Cuestionar al desarrollo implica hacerlo no sólo por la negativa, sino también por la positiva, a fin de cuentas, y sin minimizar la tragedia socio sanitaria que nos rodea, una crisis también puede ser una oportunidad.

Mientras el lado oscuro del modelo de desarrollo y consumo actual, tiene mayor difusión y lugar en los debates, en efecto, se reconoce el origen zoonotico de la pandemia, estrechamente vinculado a la crisis ambiental generada por un modelo de desarrollo económico de tipo extractivista que Svampa y Viale (2014) denominan maldesarrollo, menos explorada es la faceta de la oportunidad, ¿qué desarrollo para las post pandemia?

El contexto actual plantea una oportunidad histórica para empezar a romper el uróboro (serpiente que se come su propia cola) argentino, y el eterno retorno del modelo de desarrollo del siglo XIX, basado en la lógica exportadora y extractiva de productos primarios. En tal dirección, la revolución biotecnológica aparece, en diversos análisis (Anta, 10/03/2020; Ocvrik, 2021; Creus, 10/06/2021, Darío, 01/05/2021), como una incipiente promesa de desarrollo y por ende, puede ser leída como una posibilidad de cambio estructural del modelo argentino, ya que, el fomento y el fortalecimiento de la biotecnología puede llegar a plantear un nuevo tipo de relación con la naturaleza intrínsecamente sustentable (Ocvirk, 2021), dato no menor para un país de matriz productiva exportadora primaria como la Argentina.

En efecto, la biotecnología implica colocar a la naturaleza como el motor productivo de los alimentos, los materiales y la energía que la humanidad necesita para desarrollarse, de una forma intrínsecamente sustentable, porque es el propio “motor-naturaleza” de recursos biológicos renovables el que iría dictando los límites del planeta tierra, y por eso mismo vuelve al desarrollo dependiente del sistema que lo soporta, que en última instancia es la vida (Ocvirk, 2021).

La biotecnología ha progresado más que cualquier otra disciplina científica y tecnológica en las últimas dos décadas. Los avances en secuenciación genómica, edición genética y biología sintética abren posibilidades sin precedentes para desarrollar nuevas soluciones a desafíos en sectores esenciales para nuestro futuro: agricultura y alimentos, medicina, agua, energía y adaptación al cambio climático, entre otros (Anta, 10/03/2020).

La potencialidad de Argentina en la temática es evidente si se tiene en cuenta, por ejemplo, que el país es uno de los pocos productores mundiales de vacunas. El Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, el fondo soberano de inversión de la Federación Rusa) y la farmacéutica Laboratorios Richmond SACIF de Argentina, anunciaron la producción del primer lote de la vacuna contra el coronavirus Sputnik V que ya fue aprobado por el Instituto Gamaleya. A su vez, el laboratorio argentino mAbxience es parte de la producción del principio activo de la vacuna AstraZeneca que es envasado en México en el Laboratorio Liomont (OPEA, Informe Nro. 595). Del mismo modo, en vista que la empresa biotecnológica Bioceres, desarrolladora de la soja resistente a sequía y salinidad, logró tocar la tradicional campana de apertura en el Nasdaq, índice tecnológico de Wall Street (Darío, 01/05/2021), empieza a entreverse una nueva arista del desarrollo nacional muy prometedora en los tiempos que corren.

En el marco de la revolución 4.0, el conocimiento, la ciencia y la tecnología son los principales indicadores de ventajas competitivas. Argentina se encuentra en un posición privilegiada ya que cuenta con amplios recursos humanos y de calidad, en efecto, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) se ubicó primero en el Ranking SCImago 2020 dentro de los organismos de gobierno de Latinoamérica dedicados a la investigación, sobre un total de setenta instituciones, lugar que ya había alcanzado en 2019 (CONICET, 04/06/2021).

En tal cometido, la inversión en investigación y desarrollo (I+D) es fundamental, así como la construcción de una alianza público-privada orientada a la transformación productiva (Devlin y Moguillansky, 2009: 97; Bielchowsky, 2009: 187). El hecho de “trabajar juntos” en el marco de una institucionalidad diseñada constituye un proceso social que, por sí mismo, puede conducir a la creación de consensos que permitan mantener una estrategia de desarrollo que supere el ámbito de los ciclos políticos (Stiglitz, 1998 en Devlin y Moguillansky, 2009: 105).

A partir de lo expuesto, hay razones para creer que la ciencia puede aportar al cambio de la estrategia de desarrollo tradicional, e incluso, que Argentina podría participar en el liderazgo global de la revolución biotecnológica.

Más allá de la crisis, la pandemia también puede ser una oportunidad para movilizar la potencialidad de recursos hacia otro tipo de desarrollo, en búsqueda de la transformación de las estructuras productiva y social, y de la inserción internacional del país.


Bibliografía:

Actis, E.; Lorenzini, M.E; Zelicovich, J. (2016). Modelo de desarrollo y estrategia de inserción: claves para la interpretación de su relación. En Modelos de desarrollo e inserción internacional: aportes para el análisis de la política exterior argentina desde la redemocratización 1983-2011. Busso, A (comp). UNR.

Anta, R. (10/03/2020). Biotecnología: ¿llegamos a tiempo a esta revolución? Puntos sobre la i, Banco Interamericano de desarrollo. Disponible en: https://blogs.iadb.org/innovacion/es/biotecnologia-bioeconomia-desarrollo-america-latina/

Albini, A. (2021). Columna Semanal OPEA. La política exterior detrás de la adquisición de las vacunas contra el Covid-19.

Bielschowsky, R. (2009). Sesenta años de la CEPAL: estructuralismo y neoestructuralismo. Revista CEPAL, N° 97, 173-194

Cherini, O. (2021). Columna semanal OPEA. La Política Exterior Argentina en tiempos de COVID-19: los frutos de la apuesta por Rusia.

CONICET (04/06/2021). El CONICET vuelve a ser elegida como la mejor institución gubernamental de ciencia de Latinoamérica. Disponible en: https://www.conicet.gov.ar/el-conicet-vuelve-a-ser-elegida-como-la-mejor-institucion-gubernamental-de-ciencia-de-latinoamerica/

Creus, N. (10/06/2021). Los “cisnes verdes” y la revolución de la biotecnología. Infobae. Disponible en: https://www.infobae.com/opinion/2021/06/10/los-cisnes-verdes-y-la-revolucion-de-la-biotecnologia/?utm_medium=Echobox&utm_source=Twitter#Echobox=1623326359

Darío, L. (01/05/2012). Federico Trucco: “Argentina puede liderar en biotecnología a nivel internacional". Diario El Perfil. Disponible en: https://www.perfil.com/noticias/economia/federico-trucco-argentina-es-un-pais-que-puede-liderar-en-biotecnologia-a-nivel-internacional.phtml

Devlin, R. y Moguillansky, G. (2009). Alianzas público-privadas como estrategias nacionales de desarrollo a largo plazo. Revista Cepal, N° 97, 97-116.

Ferrer, A. (2007). Globalización, desarrollo y densidad nacional. En: Repensar la teoría del desarrollo en un contexto de globalización. Homenaje a Celso Furtado. Vidal, Gregorio; Guillén R., Arturo. (comp). Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/edicion/vidal_guillen/25Ferrer.pdf

Manfredi, D. (2021). Columna Semanal OPEA. Los desafíos que trajo la pandemia: la iniciativa COVAX versus los nacionalismos.

Svampa, M. y Viale, E. (2014). Maldesarrollo. La Argentina del extractivismo y el despojo. Buenos Aires, Katz, 2014, 425 pp.

Ocvirk, V. (2021). Argentina frente al desafío de la biotecnología. Le Dipló. Disponible en: https://www.eldiplo.org/notas-web/argentina-frente-al-desafio-de-la-biotecnologia/

[i] Lic. en Relaciones Internacionales por la UNR.

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