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Foto del escritorObservatorio de Política Exterior Argentina

Rupturas y continuidades en el discurso de la vicepresidente en la Asamblea General en Naciones Unid

Por Gustavo Insaurralde



La semana pasada, la vicepresidente argentina Gabriela Michetti brindó un discurso en la inauguración de la Asamblea General de Naciones Unidas. Rompiendo la asistencia perfecta, es la primera vez en 15 años que no asistió el Jefe de Estado argentino. En su discurso, la vicepresidente puso énfasis en una multiplicidad de temáticas y su visita a Nueva York estuvo acompañada por un gran cúmulo de encuentros bilaterales.

Si analizamos el discurso de la vicepresidente, podremos observar ciertas continuidades de la política exterior argentina en las diferentes Asambleas Generales. Por un lado, el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas. Por el otro, el objetivo de incentivar al régimen iraní a obligar a los acusados del Atentado de la Amia y la Embajada de Israel a comparecer ante los estrados argentinos. Con respecto al primer tema, la articulación temática de Malvinas en espacios multilaterales es uno de los puntales de continuidad de la política exterior argentina. A pesar de las tonalidades con la relación bilateral británica, más contestaria en las postrimerías de las administraciones kirchneristas, más cooperativa en la actual, y con ciertos errores tácticos, como lo acontecido el año pasado con la polémica sobre un acuerdo que no fue negociado, Malvinas y el respeto por las diversas legislaciones impartidas en las distintas agencias del organismo son elementos que demuestran una profusa continuidad como temática en la agenda exterior de nuestro país, sin que ello se contradiga con los abordajes propuestos por las diferentes administraciones.

Otras de las temáticas que representan una continuidad es la temática Irán y su relación con los ataques terroristas en los 90 en Argentina. En su caso, también se presentan abordajes distintos y por lo tanto, espacios y recursos discursivos distintos. Si en las etapas finales de la administración de Fernández de Kirchner, se defendía un memorándum bilateral que creaba un mecanismo de cooperación para promover el tratamiento judicial de la temática, con el advenimiento de Cambiemos, por el contrario, el esquema de cooperación fue derogado y reemplazado por el curso anterior, el de incentivar el llamamiento a los acusados y a la cooperación para solventar los interrogantes de la propia causa.

A pesar de estas continuidades, el tratamiento de las temáticas por parte de la vicepresidente también recubrió una amplia mención a una contemporánea agenda global ya que incluyó la potencialidades de la actual inserción económica del actual gobierno con la inclusión de temática de mayor alcance relacionada a los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) y las acciones que el actual gobierno está realizando en esferas como la erradicación de la pobreza, la inclusión de las temáticas de género en la agenda internacional o el cambio climático.

Aunque se puede observar una incipiente proyección global, tal vez sea demasiado precipitado aventurar una agenda más global generada a partir de un publicitado liderazgo regional. Bajo términos analíticos, la situación estructural impondría ciertos obstáculos a esta a proyección debido a la propia falta de voluntad política, los propios constreñimientos estructurales del sistema regional y los cuellos de botella ideológicos y de recursos para coaligar intereses regionales diversos. No obstante, en la esfera discursiva, todo parece indicar la existencia de alguna correlación entre la dinámica global y sus propias temáticas y la política exterior argentina. Esto representa la emergencia de un fenómeno nuevo que podría tener una profunda influencia sobre determinadas temáticas y ampliará las opciones de una proyección doméstica que muchas veces es aveza a este tipo de acciones.

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