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  • Foto del escritorObservatorio de Política Exterior Argentina

Justin Trudeau en Argentina, entre la cooperación y el equilibrio

Por Gustavo Insaurralde



Esta semana, el presidente argentino recibió al primer ministro canadiense, Justin Trudeau. En una corta visita, Trudeau y Macri remarcaron las áreas de cooperación bilateral en diversos temas como el comercio internacional, la minería, temas de seguridad fronteriza, cooperación nuclear, educativa y en derechos humanos.

Desde la perspectiva doméstica, la visita de Trudeau representa un impulso a la vocación aperturista y de fortalecimiento global de la administración Macri a la vez que tiene la oportunidad de mostrar la ampliación del cúmulo de alianzas internacionales que viene forjando. Trudeau converge en el espacio discursivo de la propuesta internacional de Macri al afirmar que de la relación bilateral deben surgir acuerdos comerciales “que beneficien a las pequeñas y medianas empresas, a la clase media y las comunidades”. De esta manera, es claro el interés del actual presidente argentino en ampliar el esquema de alianzas internacionales que esté interesado en invertir en nuestro país, más aun cuando la estructura económica presenta indicadores macroeconómicos y sociales de cierta gravedad.

Canadá también está interesado en fortalecer su posición regional y parece que la relación con Argentina es un trampolín inicial. Si la política exterior del conservador Stephen Harper estuvo signada por el plegamiento a mecanismos de gobernanza económica comandada por las grandes economías occidentales como el G7/G8 (grupo de los países más ricos del mundo), Trudeau viene a relanzar una nueva fase de la política hemisférica para Canadá, después del fracaso del Área de Libre Comercio de las Américas, donde la diplomacia canadiense había puesto mucho empeño para lograr tal objetivo. Aunque anterior, Daudelin (2003) explica que el resultado de estos hechos no fue casual: los intereses canadienses en la región fueron a contramano de los procesos de integración que se comenzaban a avizorar en el sur del continente, en un proceso liberalizador comandado integralmente por Estados Unidos.

Aunque la relación bilateral presenta grandes oportunidades, los desafíos y los escollos no pueden eludirse tan fácilmente. Uno de los puntos de la cooperación son los derechos humanos. Dentro de esa temática, ambos países acordaron fomentar el fortalecimiento de la instrucción en la recepción de refugiados, especialmente sirios, y relanzar mecanismos de consulta bilateral, cancelados desde 2013. Esto jugo a contramano de la presión que recibió el premier canadiense por parte de diversas ONG, como Amnistía Internacional, de cuestionar el apresamiento de la dirigente Milagro Sala. A su vez, otros de los temas de interés bilateral es la cooperación en minería. Canadá es uno de los principales inversores en el área en nuestro país. Sin embargo, una de sus empresas, Barrick Gold, está acusada de haber derramado cianuro en cursos de agua en la provincia de San Juan. Aunque ambos líderes acordaron fomentar el uso sustentable de la minería, no se expresaron sobre el tema.

La visita del premier es una buena oportunidad para fomentar áreas de mutuo interés. Eso significaría una interesante ampliación de las alianzas internacionales pero también una excelente oportunidad de repensar estrategias bilaterales de forma tal de generar un equilibrio entre las necesidades coyunturales y los objetivos de largo plazo.

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