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  • Foto del escritorObservatorio de Política Exterior Argentina

El lado conflictivo del río Uruguay

Por Gustavo Insaurralde



Dentro de las prerrogativas establecidas en el Estatuto del Río Uruguay firmado en el año 1975 Argentina realizó el pedido formal para tomar muestras del agua y determinar si la planta de celulosa UPM (ex Botnia) a orillas del río Uruguay resulta contaminante. El gobierno de Tabaré Vázquez rechazó ese pedido.

A pesar de la lejanía del conflicto suscitado sobre las pasteras, este hecho puede enmarcarse dentro de una tendencia general de la política exterior uruguaya de respuesta a las acciones internacionales argentinas. Siguiendo esta lógica, la diplomacia uruguaya parece seguir los dictámenes de un alejamiento estratégico de la esfera de influencia argentina. Las tratativas uruguayas por ingresar al TISA (Tratado de Comercio de Servicios, por sus siglas en inglés), promovida por Estados Unidos y la Unión Europea, y los intentos de promover un agrupamiento regional de los socios más pequeños (leer Mercosur: La lucha entre grandes y chicos) en pro de estimular acuerdos internacionales por fuera de la estructura decisoria del Mercosur son ejemplos de estos intentos.

Los decisores uruguayos buscan desligarse de la dependencia estructural a la economía argentina y brasilera y utilizan estos temas de agenda como moneda de intercambio para incentivar al diálogo. Esta hazaña es permitida teniendo en cuenta la falta de jerarquía de los temas y la multiplicidad de canales en las cuales se dan las relaciones bilaterales. (Keohane y Nye, 1979)

Dentro de un más marco general y en referencia a la política exterior argentina la existencia de una frontera diluida entre la política doméstica y la externa también permite la aceptación de esta amplitud de canales y de actores inmiscuidos en estos procesos. Cuando se generaron los conflictos por las pasteras, actores tradicionalmente no insertos en los procesos de toma de decisión de política exterior se politizaron para impugnar acciones que consideraban oprobiosas al medio ambiente, a su estilo de vida y a los tratados internacionales. El conflicto del Río Uruguay se convirtió en un experimento interesante donde no sólo se presionaron para formular políticas certeras desde lo bajo de la pirámide decisional, sino también que se generaron cambios institucionales importantes. (Bueno, 2013)

De esta manera, en el nivel micro, el conflicto en el Río Uruguay todavía no ha perdido su elemento de conflictividad. Habrá que ver como se da en el futuro la actuación de los decisores argentinos y uruguayos, como así también los actores subnacionales que estuvieron insertos dentro del proceso. Por el contrario, a nivel macro, Uruguay está intentado definir una estrategia autónoma a la defendida por sus socios más grandes. Será interesante visualizar como esos socios, de forma separada, conjunta o con el apoyo institucional del Mercosur, logran definir un marco de acción para que Uruguay pueda integrarse de forma menos problemática.

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